Quiero que hoy no me dispares nada
porque aún sueño con tus besos;
qué dulce el sabor que me dejaban
con tu corazón sincero.
Ya no puedo decir que te quiero.
Si ya no encuentro las palabras.
Sé que nunca te he mentido, pero
nunca me creiste nada.
Y aunque no quiera olvidar
tu locura enamorada,
no puedo evitar pensar...
Aún recuerdo cómo me mirabas
entre párpados con sueño,
y las ganas tan desesperadas
de escapar; de irnos lejos.
Qué real que parecía todo.
Tanto, que me era imposible
concebir otra verdad; ni loco,
estaba ahí lo imprescindible.
Y aunque no quiera olvidar
tu locura enamorada,
no puedo evitar pensar
en la boca que me mata.
Ya no hablamos ni nos vemos nada,
ni bailamos por las calles,
ni jugamos a soñar con viajes;
resultó ser un amor farsante.
O puede que tenga
un corazón fácil.
Que fácil se entrega
a un poco de vos.
Mas sin certezas.
Qué torpe corazón.
Tanto tiempo sin decirnos nada;
otra vez los desencuentros
de una historia que nunca empezaba.
No sé qué estarás haciendo.
Y aunque no quiera olvidar
tu locura enamorada,
no puedo evitar pensar
en la boca que me mata (que me mata).
Y aunque no quiera olvidar
tu locura enamorada,
no puedo evitar pensar
en la boca que me mata (que me mata).
